Irrigador dental: ¿Para qué sirve?

La higiene bucal es algo que, por mucho que la cuidemos, siempre puede mejorarse y pulirse para conseguir mejores resultados. La importancia de tener una boca y dientes sanos y limpios empuja a que los profesionales se mantengan alerta y en constante innovación en busca de aquellos métodos que pudieran ayudar a higienizar al completo esta delicada parte de nuestro cuerpo.

No es muy común verlo entre los usuarios, pero el irrigador dental, gracias a su facilidad de adquisición y de uso, ha llegado para revolucionar la salud dental desde el propio domicilio.

 

¿Cómo funciona un irrigador dental?

Un irrigador dental es una herramienta sanitaria de irrigación oral que dispara un chorro de agua que se filtra entre dientes y encías para eliminar los incómodos restos de alimentos que se acumulan tras cada comida. También es capaz de limpiar la placa dental y bacterias de la boca.

Hay que tener en cuenta que el irrigador dental no debe sustituir al lavado y cepillado diario de dientes, pues esta es la principal forma de eliminar las bacterias de nuestra boca. No obstante, usar hilo dental y el ya mencionado irrigador pueden impulsar el cuidado bucal, siendo una forma delicada y efectiva de limpiar coronas dentales, ortodoncias, puentes e implantes dentales.

¿Cómo usar un irrigador dental?

Para optimizar el uso de un irrigador dental hay que tener en cuenta una serie de pasos a llevar a cabo:

·         Conectarlo con el suministro de agua, es decir a cualquier grifo de casa.

·         Coloca la boquilla cerca de los dientes. Adopta una posición inclinada hacia el lavabo para evitar salpicar y manchar en exceso el aseo.

·         Selecciona la presión con la que el irrigador funcionará y enciéndelo. Asegúrate que la presión no es molesta para tus dientes.

·         Pasa el chorro de agua por todos tus dientes y espacios interdentales.

·         Cuando finalices, debes apagar el irrigador, retirar la boquilla y vaciar el agua restante para que no proliferen bacterias.

·         Finalmente limpia el dispositivo para mantenerlo en las mejores condiciones.

Usar un irrigador dental es muy sencillo y, sumado con el cepillado de dientes y el uso de hilo dental, obtendrás una sonrisa altamente definida y, sobre todo, una higiene en condiciones.