El sarro, un serio problema para nuestros dientes
Si conoces qué es la placa bacteriana, una forma de familiarizarte rápidamente con los problemas causados por el sarro será pensar en él como una placa bacteriana a la que no se ha puesto solución a tiempo, pues el sarro, también conocido como cálculo o tártaro dental, no es sino la placa bacteriana endurecida sobre nuestros dientes o al borde y debajo de nuestras encías, algo sobre lo que en UCAM Dental siempre intentamos concienciar para evitar con una higiene bucodental frecuente.
Y es que, cuando hablamos de las causas, no puede pasarnos por alto que una placa bacteriana endurecida, debido al depósito de minerales sobre esta placa, tiene mucho que ver con la dejadez en la higiene diaria a la que debemos someter a nuestra boca. Se hace visible con su color amarillo oscuro o marrón que detectamos generalmente bordeando nuestras encías a los lados y por debajo, adhiriéndose al esmalte de los dientes.
Hemos de tener claro que la boca, principalmente por su actividad constante para comer, beber, hablar o respirar, está formando bacterias constantemente. Y, si no las expulsamos, se quedan. Conforme se van acumulando el problema se va agravando, y lo hacen gracias al sarro, que hace acto de aparición en forma de depósito de minerales en el que las bacterias encuentran acomodo, ya que es una superficie más extensa y pegajosa en la que permanecer.
Debemos tomárnoslo con seriedad, pues el principal peligro que esconde el sarro es que puede ser el detonante de otras afecciones más severas, como la formación de caries o la enfermedad de las encías, la enfermedad periodontal que, como ya sabemos, esta a su vez puede evolucionar en gingivitis.
Como decíamos, el principal factor que causa el sarro es la deficiente higiene bucodental, una que debemos seguir más a rajatabla si queremos evitar el sarro cuando somos fumadores o bebedores frecuentes de café y té, ya que es más fácil que nos aparezcan manchas como las que generan estos hábitos si una placa absorbente de bacterias afea nuestra boca. Y es que, estéticamente, también nos supone un problema, pues color es tan inconfundible como desagradable.
Además, y como te estarás imaginando, contener acumulada una excesiva cantidad de bacterias en nuestros dientes y encías también nos provoca halitosis, problema que no queremos padecer en nuestras interacciones sociales.
Prevención del sarro
Cepillarse los dientes dos o tres veces al día con pasta de dientes especialmente letal con la placa bacteriana, e incluir el hilo dental -fundamental si queremos librarnos del sarro precisamente por dónde se da su aparición-, es un método infalible para evitar que el sarro ponga en jaque a nuestra boca.
Ahora bien, si no lo hemos logrado evitar, no queda otra que acudir a tu dentista de confianza, ya que retirarlo no es tan sencillo como para que podamos hacerlo nosotros mismos a partir de un simple cepillo de dientes. Una limpieza bucodental profesional, y el uso de instrumental especializado para este problema, devolverán a tu sonrisa la añorada salud perdida.
Dependiendo del grado de avance del sarro en tu boca, tu dentista optará por la profilaxis dental, o por un raspado o alisado radicular, el método más eficaz de evitar la periodontitis, una de las posibles complicaciones del sarro, tal y como hemos visto.
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