¿Qué es el bruxismo y cómo tratarlo?

toy-668691_960_720.jpg

El bruxismo es un hábito inconsciente, conocido comúnmente como ‘rechinar los dientes’. En realidad, se trata de una parafunción mandibular persistente. La persona que lo padece aprieta los dientes y los mueve de tal forma que los hace incluso crujir.

En la actualidad, se considera que un alto porcentaje de la población padece este mal. Lo cierto es que no diferencia entre géneros sexuales ni edades; sin embargo, los profesionales afirman que la mayoría de los casos se encuentran entre los adolescentes y jóvenes. La buena noticia es que es un mal hábito que puede tratarse, aunque también hacerse crónico.

Durante el sueño, el bruxismo es imposible de manejar y puede afectar la calidad del sueño. Aunque es importante aclarar que no se limita al momento de dormir. Es también una constante encontrar esta problemática en el día o mientras la persona está despierta.

¿Cuáles son los tipos de bruxismo?

Si bien no es una distinción que marque grandes diferencias en las causas y tratamiento del bruxismo, el bruxismo puede clasificarse de varias formas:

Céntrico

Los dientes se presionan sobre un punto sin demasiados movimientos laterales. La zona más afectada con este diagnóstico es la de los premolares.

Excéntrico

En este tipo se afecta más a los incisivos. Los dientes, al mismo tiempo que se aprietan, se friccionan de adelante hacia atrás en posición oblicua.

En ambos casos se consideran que las principales causas están relacionadas con factores de estrés o emocionales. Sin embargo, también es posible que se motiven por una inadecuada alineación dentaria o los hábitos de alimentación.

Diagnóstico y tratamiento del bruxismo

Los especialistas realizan una entrevista de exploración y una radiografía para realizar un diagnóstico. Algunos pacientes acuden a la consulta porque detectan síntomas que se pueden conectar con la patología. Otros no padecen ninguna sintomatología que los haga sospechar. Por todo ello, son importantes los controles periódicos con el odontólogo.

La utilización de férulas de descarga durante el reposo es el tratamiento más utilizado para el bruxismo. En realidad, lo que se consigue con esta medida es proteger la dentadura; no es realmente una cura para el trastorno. En pacientes con altos niveles de ansiedad, se suelen indicar medicamentos para favorecer la relajación.

Un tratamiento complementario a las férulas y ansiolíticos viene relacionado con una modificación en los hábitos. En especial, hay que tener presente que las principales causas se vinculan a la alimentación y las alteraciones emocionales. Entre otras:

  • Cumplir con las horas de descanso necesarias para el organismo.

  • Realizar actividades y ejercicios de relajación muscular para prevenir el bruxismo y favorecer un sueño reparador.

  • Masajear las partes afectadas con el fin de eliminar las tensiones acumuladas.

  • Beber mucha agua.

  • Evitar los dulces y alimentos duros, sobre todo antes de dormir.

  • Mantener controles odontológicos periódicos y recurrir a la ortodoncia cuando sea necesario.